El refuerzo de acero es una innovación del siglo XIX que se ha utilizado en todo el mundo para reforzar las estructuras de hormigón en la industria de la construcción. Las numerosas ventajas que ofrece este método de refuerzo lo han convertido en una parte esencial de la construcción. Estas «barras de acero» añaden resistencia a la estructura de hormigón y permiten diseños más especializados. También permite el uso de losas de hormigón más delgadas y con menos apoyos, y promueve tiempos de construcción más rápidos, esto entre otros muchos beneficios.
Las propiedades del acero y el hormigón
La combinación de acero y hormigón ofrece una serie de ventajas, que pueden derivarse de las propiedades de cada material.
Características del hormigón
Baja resistencia a la tracción: La baja resistencia a la tracción (la resistencia a la rotura bajo tensión) del hormigón es probablemente la razón número uno por la que el hormigón necesita ser reforzado.
Alta resistencia a la compresión: La alta resistencia a la compresión del hormigón lo hace ideal para grandes estructuras. Es capaz de soportar altas fuerzas de compresión.
Moldeable: Una vez mezclado, el hormigón puede moldearse en casi cualquier forma antes de que se seque y endurezca. Esta propiedad lo hace ideal para estructuras con formas y diseños menos estándar, lo que permite un sinfín de oportunidades para arquitectos e ingenieros.
Relativamente barato: El hormigón es un material relativamente barato si se compara con otros materiales como el acero que se utilizan en la industria de la construcción.
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